La gente en la Comuna de Canela en la Región de Coquimbo está muy consciente de la importancia de ahorrar agua. Muchas y muchos son agricultores de secano; dependen de las lluvias para realizar sus tradicionales siembras de trigo, cebada y comino. Lluvias, que han estado ausentes debido a la mega-sequía que se ha extendido por más de una década.

Los vecinos y vecinas de Canela saben que el agua es vida, y por eso “lamentan la pérdida de cada gota” según la dirigente de la Junta de Vecinos de El Llano, Luz Vega. Vivir con escasez hídrica ha significado priorizar el consumo de agua para el uso doméstico, limitando el desarrollo de actividades agrícolas. A pesar de eso, la Junta de Vecinos construyó una plaza en un sitio baldío del sector El Llano, y plantó árboles nativos, tales como quillay, litre, espino y molle, los cuales inicialmente fueron regados principalmente con agua potable.

Es por eso que en el año 2015 la ONG Vertientes del Sur junto a la Junta de Vecinos “El Futuro” del sector El Llano, la Red Comunal por la Defensa del Agua de Canela y la Agrupación de Mujeres Rurales de Canela, desarrolló un proyecto para la construcción de un humedal artificial, con el objetivo de tratar las aguas grises provenientes de una casa aledaña, y dejarlas en condiciones de ser usadas para regar los árboles en la mencionada plaza.

Luz Vega cuenta que la plaza fue un espacio recuperado por la comunidad y que el proyecto se llevó a cabo en forma participativa, con un compromiso real de mujeres, hombres y menores de edad. Con el agua recuperada con el humedal pudieron regarlos árboles de la plaza con una cantidad de agua adecuada y sin gastar agua potable. Además, fue posible plantar más árboles durante del proyecto con Vertientes del Sur, ya que no tuvieron que preocuparse más de dónde obtener agua para regar.

Durante los últimos siete años la comunidad ha seguido cuidando y manteniendo este espacio verde, así como el humedal artificial. El resultado es que hasta del día de hoy los árboles no sólo han resistido la sequía, sino que han prosperado convirtiéndose en un verdadero oasis. “Ha sido una experiencia única. Si no fuera por esos árboles, no tendríamos nada.” comenta la dirigente. “El agua sale sin olor, sin color, no hay zancudos. Llegan culebras, sapos, pájaros. Es muy rica la relación que se ha creado.”

Este sistema para tratar aguas grises comenzó a usarse en Alemania en la década de 1960, y emula los humedales que ya existen en la naturaleza, tales como pantanos, lagunas, ríos y lagos, los cuales tienen la capacidad de purificar el agua de manera natural. Se trata de hacer fluir las aguas grises por un sustrato de gravilla con plantas acuáticas, donde es tratada por procesos mecánicos y biológicos. El agua fluye bajo la superficie y sale apta para ser usada en el riego.

Los humedales artificiales son atractivos visualmente, de bajo costo y ayudan a evitar la saturación de las fosas sépticas en aquellos lugares donde no hay alcantarillado. El modelo permite la reutilización del agua de las duchas, lavamanos y lavadoras, las cuáles en conjunto pueden llegar a equivaler a más del 50% del consumo total de agua de un hogar.