Dilatación de los vasos sanguíneos, enrojecimiento y brote de espinillas en la zona centro facial son los principales síntomas de la rosácea, enfermedad inflamatoria de la piel que se manifiesta de forma crónica y sin una causa clara.  Paula Molina, dermatóloga de IntegraMédica, explica qué factores la desencadenan y por qué hay que tener especial precaución durante los meses de mayor calor.

«Se presenta habitualmente en mujeres, después de los 30 años. El diagnóstico es clínico y en una primera etapa se manifiesta solo con enrojecimiento y dilatación de vasos en mejillas y nariz, pero puede evolucionar a una fase en la que se presenten pápulos y pústulas (lesiones de color rojo de 2 a 5 mm de diámetro)», explica la doctora Molina.

5 claves que debemos considerar si padecemos rosácea:

  1. Protegerse del sol (fotoprotección estricta, sombrero).
  2. Evitar los ambientes muy calurosos.
  3. Evitar baños o duchas con agua demasiado caliente.
  4. Restringir los alimentos cálidos y muy condimentados (como ají y pimienta).
  5. No usar productos irritantes para la piel. 

La experta sostiene que es importante tomar estas precauciones, ya que, si no se cuida, la rosácea evoluciona a las siguientes etapas, con dilatación permanente de vasos sanguíneos o un crecimiento desmesurado de rosácea en la zona de la nariz.

«En IntegraMédica tenemos un equipo calificado de dermatólogos con amplio conocimiento de tratamientos y terapias láser para atenuar las lesiones vasculares y acompañar a los pacientes en cada etapa de esta patología», dice la dermatóloga Paula Molina.