Producto del ajetreo diario, el paso de los años y las diferentes preocupaciones que debemos enfrentar en nuestra vida y que terminan por repercutir en nuestra salud física, es que muchas personas padecen de diversos dolores ya sea en sus piernas, brazos o articulaciones.

Si bien lo principal es asistir a un profesional médico para poder descubrir el origen de estos dolores, también existen tratamientos que pueden ayudar a aliviar el malestar y así ayudar a los pacientes a mejorar su calidad de vida. Uno de estos es el drenaje linfático manual, tratamiento que cada día adquiere mayor popularidad gracias a sus múltiples beneficios.

¿Pero en qué consiste esta técnica? De acuerdo a lo que explica Ledda Pérez Zapata, kinesióloga y parte del equipo multidisciplinario del centro International Oncotherapies Institute Chile (@internationaloncotherapiescl), el drenaje linfático consiste en «maniobras manuales que se realizan de forma lenta y suave, en una dirección determinada, con el fin de eliminar un cúmulo de líquidos, producidos por una situación puntual».

A pesar de esta descripción, es importante destacar que el drenaje linfático no es un masaje, sino que una terapia no invasiva cuyo principal beneficio es aliviar el dolor de las personas. Es por esto que pacientes que padecen de dolor en las piernas por pesadez, linfedema, varices, celulitis, dolores menstruales, entre otros, pueden recurrir a centros especializados para recibir este tratamiento, sintiendo alivio desde la primera sesión.

¿Quién puede realizar un drenaje linfático?

Ya que el drenaje linfático no es un masaje sino que una terapia, es necesario que esta sea realizada por kinesiólogos fisioterapeutas que tengan formación en esto, por lo que al momento de decidir optar por este tratamiento, es necesario buscar un centro acreditado que cuente con profesionales formados.

Otra de los puntos a considerar antes de realizar un drenaje linfático, es que existen contraindicaciones para pacientes en específico, como por ejemplo personas que padecen fiebre, infecciones o trombosis venosas. En el caso de personas con descompensaciones cardíacas o cáncer, la realización de este tratamiento debe ser consultada con un especialista.

También se debe tener en cuenta que un drenaje linfático no debe generar dolor, dejar marcas o hematomas, por el contrario, el paciente debería sentir un alivio desde la primera sesión. Estas sesiones se pueden realizar entre una y tres veces semanas, por el tiempo necesario hasta que el paciente lo considere adecuado, explica Ledda Pérez Zapata.