Del tamaño de una nuez, la próstata es una glándula que está ubicada debajo de la vejiga de los hombres y tiene como función producir componentes del semen que facilitan la capacidad de fecundación. «Es un órgano que está relacionado principalmente con la fertilidad y que, superada esta etapa vital (fertilidad), comienza a dar complicaciones, por lo que chequearse oportunamente es clave», cuenta el doctor Diego Reyes, coordinador de Urología de Clínica Bupa Santiago.
A medida que va avanzando el tiempo, se pueden ir presentando dos principales patologías. «Una es el crecimiento benigno de la próstata, que está relacionado con la obstrucción de la salida de la orina desde la vejiga, y por la que muchos pacientes consultan y la otra, es el cáncer de próstata, que no tiene relación con su tamaño y que, lamentablemente, tiene malas cifras en Chile», explica el especialista.
Según detalla el urólogo, «todos los años, detectamos más de 8.000 casos de cáncer de próstata, siendo el más frecuente en hombres en Chile. Además, es actualmente el más mortal para ellos en nuestro país», añade. Ahora, ¿cuáles son sus señales? Lamentablemente, ninguna. No hay manera de detectar esta enfermedad sino con un examen de sangre que mide el antígeno prostático específico, que básicamente indica qué probabilidad tiene la persona de desarrollar cáncer. Tampoco existen medidas preventivas para disminuir el riesgo de esta enfermedad, siendo el principal factor de riesgo el envejecimiento, variable que no se puede controlar. Por esta razón, un diagnóstico precoz es fundamental
«El 98% de los cánceres se podría detectar por un antígeno elevado; el otro 2% se debería detectar por el tacto rectal, que no es el examen más importante, pero que los hombres debieran hacerlo igual para descartar la posibilidad de tener cáncer. Lo importante es que, si se identifica a tiempo, cuando aún está solo en la próstata, la probabilidad de curarlo está entre el 90 a 95%. Por eso es tan importante que los hombres se controlen a partir de los 40 años. Pero lo cierto es que cerca del 25% de los casos llega cuando ya ha hecho metástasis, cifra que en Europa no pasa del 5%. Este dato es el más importante a destacar, y es posible revertirlo si los hombres se controlan y realizan un diagnóstico precoz», cuenta Reyes.
Tratamientos según el avance
¿Qué hacer luego de un diagnóstico de cáncer de próstata? El especialista explica que la respuesta dependerá mucho del nivel de agresividad de la enfermedad, de la edad del paciente, de sus expectativas de tratamiento y del estado de la enfermedad (si tiene o no diseminación fuera de la próstata).
Si el cáncer se detecta temprano y está solo en la próstata, existen básicamente tres opciones:
- Cirugía, que significa sacar la próstata completa y los ganglios que están alrededor. «El principal riesgo de la cirugía es perder la capacidad de erección; esta probabilidad va de un 50 a 100%, por lo cual es una decisión difícil para el paciente», explica el doctor.
- Radioterapia externa, que va asociada normalmente a un tratamiento hormonal. «Tanto la cirugía como la radioterapia tienen la misma probabilidad de curar el cáncer, solo depende de lo que prefiera el paciente», señala Reyes.
- Seguimiento o vigilancia activa, que básicamente es no iniciar ningún tratamiento mientras el cáncer se mantenga estable. «Cuando se diagnostica un cáncer y se ve que es de crecimiento lento, se puede ir controlando con antígeno prostático, con resonancia de próstata y biopsias. Si está estable, se puede mantener así por años. Si vemos que alguno de estos indicadores ha crecido, ahí se trata, con la misma posibilidad curativa que el primer día. Con eso, se estima que el 60% de los pacientes, a 10 años no han requerido un tratamiento, retrasando los efectos adversos», cuenta.
Pero cuando el cáncer ya ha hecho metástasis, la principal manera de frenarlo es a través de la terapia de deprivación androgénica, tratamiento hormonal que bloquea la producción de testosterona, lo que básicamente es una castración farmacológica. «Puede retrasar el cáncer algunos años, pero en el 99,9% de los casos los pacientes se hacen resistentes y vuelven a producir células cancerígenas. Es una opción eficiente, pero no curativa y que tiene muchos efectos en la calidad de vida, como bochornos, cambios de ánimo, pérdida de la masa muscular y cien por ciento de pérdida del deseo sexual», detalla el urólogo.
Así, en el marco del mes del Cáncer de Próstata el especialista llama a no descuidarse, programar los chequeos de manera oportuna y ser responsable en ello, ya que una detección temprana puede marcar la diferencia en el éxito de un tratamiento.