Ad portas de los meses de vacaciones por excelencia y de los días de playa o piscina, pueden surgir ideas de dietas milagrosas que prometen la pérdida de muchos kilos en poco tiempo, pero que no necesariamente son saludables ni efectivas. Frente a esto, Érika Albetman, médico nutriólogo de Clínica Bupa Santiago, explica los riesgos de estas conductas, cómo adoptar un estilo de alimentación consciente y sustentable en el tiempo, y la importancia de consultar a un especialista para una rutina de alimentación segura.

«Las dietas extremas no son sustentables porque suelen ser muy restrictivas y repetitivas. Además, pueden gatillar desórdenes alimenticios y generar déficit de ciertos nutrientes. Lo que tenemos que hacer es tener una buena relación con los alimentos y entender que para estar sanos necesitamos consumir todo tipo de nutrientes y aprovechar los alimentos de la temporada», señala la especialista.

Así, de acuerdo con lo que indica Albetman, la clave no está en la restricción extrema, sino en ordenar nuestros tiempos de comida, calidad y diversidad de los alimentos, así como cuidar las porciones de ellos. «En verano, además, necesitamos aumentar el consumo de líquidos porque tenemos más pérdidas de agua por el sudor», añade.

Alimentos de temporada

«En estos meses lo ideal es que tengamos un consumo de al menos cinco porciones entre frutas y verduras y, mientras más colorido sea nuestro plato, será mejor, porque estaremos recibiendo diversas vitaminas y nutrientes. Aprovechemos los tomates, pimentones, porotos verdes, choclos, sandías, melones y duraznos, que se dan muy bien en estos meses», recomienda la médico nutrióloga de Clínica Bupa Santiago.

Un consejo para facilitar su consumo es tener los alimentos ya lavados y picados en el refrigerador, listos para comer. «Podemos preparar muy buenas ensaladas, o verduras salteadas también, para preferir las comidas frescas y restringir los productos procesados», dice. Las aguas saborizadas artesanalmente pueden ser una buena opción frente a bebidas calóricas.

«Es importante entender que la alimentación es para que estemos sanos y nuestra relación con ella debe ser saludable y no culposa, por lo tanto, tenemos que ser flexibles, ordenados y organizados. Esto significa, por ejemplo, planificar las compras, programar los menús, hacernos el tiempo de ir a la feria y dejar alimentos cocinados en el refrigerador. Con estas estrategias se hace más fácil y llevadera una buena alimentación, adoptando buenos hábitos de base», añade la experta.

En caso de no tener el conocimiento sobre cómo alimentarse correctamente y de manera saludable, siempre es recomendable visitar un especialista para que éste pueda indicar la rutina de alimentación necesaria.